martes, 23 de febrero de 2010

_El_Simulacionismo_de_Jeff_Koons_










Se trata de mostrar el objeto desde la perspectiva de la compulsión de comprar, desde el deseo, a medio camino entre lo inaccesible y lo disponible. Tal es la tarea del marketing que representa el verdadero tema de las obras simulacionistas.

Entre los simulacionistas, la obra surge de un contrato que estipula la idéntica importancia del consumidor y el artista proveedor. Koons (Jeff) utiliza entonces a los objetos como condensadores de deseo, puesto que "El sistema capitalista occidental concibe el objeto como una recompensa por el trabajo efectuado o por el exito(...). Y una vez acumulados esos objetos definen la personalidad del yo, realizan y expresan sus deseos". Koons, Levine o Steinbach se presentan como verdaderos intermediarios, agentes del deseo cuyos trabajos representan meros simulacros, imágenes nacidas más de un estudio de mercado que de una supuesta "necesidad interior", de valor mas bajo. El objeto de consumo ordinario se duplica en otro, puramente virtual, que designa un "estado inaccesible", una carencia (Jeff Koons). El artista consume el mundo en lugar del observador y por su cuenta. Dispone los objetos en vidrieras que neutralizan la noción de uso en favor de una especie de intercambio interrumpido, dentro del cual se sacraliza el momento de la presentación.

(Nicolas Bourriaud; Postproducción)

lunes, 22 de febrero de 2010

_las technologías del encantamiento_





En su análisis de "las technologías del encantamiento y del mismo encantamiento de la technología", Alfred Gell se refiere al poder de hechizarnos que tienen los procesos técnicos, de tal modo que vemos el mundo real de forma encantada.

...lo que quiere decir es que nuestra actitud con respecto a nuestra participación en, y nuestro control de, esos procesos técnicamente mediados no es más o menos "mágica" (o racional) que la de los participantes en cualquier culto melanesio (*).

...Como Gell, Marvin observa las importantes conexiones existentes en los debates del siglo XIX sobre la innovación tecnológica entre la retórica del racionalismo y la magia y entre la de la ciencia y el espiritismo. Como señala Boddy, la radio estaba muy asociada a las ideas de telepatía, y el interés del siglo XIX en la electricidad formaba parte de una de una obsesión romántica más general por todas las cosas que fluyen. A comienzos del siglo XX, las investigaciones en comunicaciones eléctricas estaban más asociadas con los discursos más generales sobre lo misterioso, lo oculto, el espiritualismo y la "teoría de éter". Al respecto, como Jeffrey Sconce observa, "la cuestión que guiaba (...) las investigaciones, incluso al comienzo de la era del ordenador, no era si la electrónica podía utilizarse para comunicarse con los muertos, sino más bien cómo se podía utilizar con ese fin. La afinidad del espiritualismo con la electricidad significa que los medios electrónicos siempre han estado envueltos en "relatos fantásticos tradicionales" y ocultan fantasías acerca de supersticiones relacionadas con la imaginación histórica de la "presencia electrónica" en el pasado o, en estos tiempos de Matrix, "equipadas con toda la parafernalia de la moda cibernética".
Para Gell la magia no se opone al conocimiento, la ciencia y la technología, sino que es una parte inherente de éstos y, en muchos sentidos, en realidad es " el medio ideal de la producción técnica".

(David Morley; Medios, Modernidad y Technología)

(*)Melanesia es una región que se extiende desde el occidente del Océano Pacífico al Mar de Arafura, tiene al sur a Australia, al oeste Indonesia, al norte Micronesia y al este a Polinesia.

martes, 16 de febrero de 2010

_Nam_Yune_Paik_ &_La_Televisión_




"La televisión es el medio ambiente de nuestro tiempo" (Nam june Paik)

Su despliegue retórico del televisor como una metáfora escultórica apunta a liberarlo de sus yugos institucionales y technológicos, tratándolo como un medio para establecer un lenguaje expresivo que resiste los tropos narrativos y las estrategias de formación de imágenes limitados de la televisión convencional. Para ello, Paik "representa" el televisor en entornos y papeles poco familiares, en combinación con una amplia gama de otros medios y materiales. Su objetivo fundamental es "romper totalmente con las representaciones seguras y protegidas de nosotros mismos y de los mundos tecnológicos que habitamos, de tal modo que podamos comprenderlos de otra manera y transformarlo en algo mejor.

El enfoque específico de Paik ha sido sacar el televisor de su posición familiar en el hogar y quitarle su significado tradicional como objeto, antes de representarlo para exhibirlo en contextos poco familiares, como un "contenedor" para una serie de objetos triviales y exóticos y como una fuente de datos (deliberadamente) incomprensibles o de "interferencias" (literales).


(David Morley; Medios, Modernidad y Tecnología)

sábado, 13 de febrero de 2010

_HOMENAJE_ANIMISTA_A_BOARDS_OF_CANADA_



Se empieza a saber
que sólo sirven lámparas
que congregan a las sombras
(Jorge Teillier)

jueves, 11 de febrero de 2010

_El cuerpo como experimento_



El cuerpo como experimento

Volviendo a nuestra reflexión acerca de los cambios en los signos de status social promovidos por el imperio de la seducción, debemos atender a las exigencias que la moda hace al cuerpo, convirtiéndolo en un escenario de representación.

Estos cambios nos convierten en “primitivos modernos”. No cesamos de forzar los límites naturales del cuerpo para hacerlo más bello y deseable.

Según las culturas, se forma o se deforma la anatomía en una serie de experiencias dolorosas, que son parte integrante de nuestra civilización.

De todas las alteraciones corporales el tatuaje es la más extendida. Los “primitivos modernos” imitan a los auténticos primitivos inventando nuevos diseños que pueden llegar a cubrir todo el cuerpo.

Al modo como cuando a una muchacha de Etiopía se le introduce un disco de tierra cocida o de madera en el labio inferior. Cuanto mayor es la superficie en forma de plato, más bella y cara es la mujer. Al mismo tiempo ¿cuánto puede valer una modelo occidental que se ha engrosado los labios con inyecciones de silicona?

Los Ibitoes de Nueva Guinea valoran las cinturas angostas y para ello las comprimen con tiras de tela y madera. En nuestra sociedad un talle muy fino ha constituido el ideal de la belleza femenina.

Como se ve, al igual que el arte, la moda sigue las leyes del progreso técnico y se hace autónoma respecto a la belleza. Para el caso del vestir, por ejemplo, comprobamos en la actualidad la autonomía del vestido respecto al cuerpo –el caso tan conocido del tallaje– y respecto del diseño e incluso respecto del vestir mismo: las últimas tendencias consisten justamente en deconstruir el vestido.(7)

En las fiestas de máscaras, también especie de ceremonias rituales vigentes aún en las sociedades contemporáneas, las personas parecen haber elegido cuidadosamente su disfraz y esa noche aunque sólo sea mientras dura la fiesta, serán aquello que siempre han querido ser. Se han librado de su disfraz cotidiano –del aspecto habitual que llevan al trabajo todos los días– y han decidido adoptar un aire seductor o trasgresor. El estado final de la metamorfosis es el personaje. Los simulados “punks” se han metamorfoseado en auténticos transgresores porque a su careta (personaje) le están permitidos todos los excesos que a ellos les están vetados. Una forma atávica y ritual de liberarse de los miedos e inhibiciones.

Un espectador distanciado tendría una curiosa sensación: la de que todo esto bien podría tratarse de una reunión en un local de moda: una pasarela. Aunque desde una óptica más antropológica, en las fiestas de máscaras podríamos encontrar también –siguiendo nuestra híbrida categoría del “primitivo moderno”– resonancias tribales.

La metamorfosis ha sido desde siempre una de las obsesiones recurrentes del ser humano y a menudo representa, de forma patente y brutal, el deseo implícito de subvertir lo establecido. Asociado a ella se puede adivinar el engaño, la apariencia, en otras palabras el disfraz.

Es necesario, sin embargo, distinguir entre metamorfosis e imitación: la metamorfosis es percibir como propias las características del otro, una posición cómoda de usar y tirar.

Lo peligroso de todo disfraz es que es posible acabar por encontrarse en la complicada y ambigua posición del travestido.

La metamorfosis en un ser del sexo contrario –o su imitación– es una de las más extendidas en la historia de la humanidad (la más básica pareja de opuestos). Se trata de esas mujeres con tacones altos y maquillajes exagerados, esos hombres con barbas y brazos inundados de tatuajes –sin duda calcomanías socorridas que mañana desaparecerán con agua –. Son las Marylyn’s y los marineros; no son hombres ni son mujeres, son la esencia de lo masculino y lo femenino, son lo narrativo del estereotipo.

Sin embargo, el estereotipo es una categorización reducida a sus rasgos más grotescos, esto es, a una caricatura. De modo que ser estereotipado es vivir una “identidad” clausurada por la mirada generalizadora y etiquetadora del otro. Como dirá Sartre “el otro es una mirada de la cual soy objeto”(8) y a través de ella logro mi objetividad.



La teatralidad de la vida social

Nos vestimos al caer en la cuenta de que estamos presentes ante otros, que son ajenos a nuestra (propia) interioridad. Ante esa mirada del otro configuro mi exterioridad como expresión de lo que soy. Esto nos enriquece, porque añade a nuestro ser corporal nuevos significados que expresan la riqueza interior, dándole así a nuestra apariencia (externa) una gran profundidad.

La constitución de nuestra identidad, como intento mostrar, tiene lugar desde la alteridad, desde la mirada del otro que me objetiva –que otorga consistencia a mi ser –, que me convierte en espectáculo. Ante él estoy en escena, experimentando las tortuosas exigencias de la teatralidad de la vida social.

Lo característico de la frivolidad es la ausencia de esencia, de peso, de centralidad en toda la realidad, y por tanto, la reducción de todo lo real a mera apariencia.

El éxito de la identidad prefabricada(9) radica en que cada uno la diseña de acuerdo con lo que previsiblemente triunfa –los valores en alza–. La moda, pues, no es sino un diseño utilitarista de la propia personalidad, sin profundidad, una especie de ingenuidad publicitaria en la cual cada uno se convierte en empresario de su propia apariencia.

El vestir dice algo de nosotros, pero no nos devela completamente, de modo que siempre queda algo por conocer. El vestido es un texto –un discurso – que debe ser leído, que se dirige a alguien; por eso es fundamental el punto de vista del observador.

El vestir es la mediación necesaria para el trato social. Nos da la posibilidad de entrar en diálogo con los demás en la clave que hayamos propuesto en cada caso. De modo tal que los demás se dirigen a nosotros según nos presentamos.

El vestir es una invitación al dialogo y, más precisamente, al tipo de dialogo que buscamos. Puede ser solamente una sugerencia, este es el caso de la elegancia.

La elegancia no es el lujo o la ostentación, y ni siquiera la riqueza del vestido, sino que es la finura en el trato con los que nos rodean; la elección adecuada para el dialogo adecuado con la persona adecuada.

(Adolfo Vásquez Rocca; La moda en la posmodernidad. Deconstrucción del fenómeno fashion)

http://www.enfocarte.com/5.26/moda.html

_TELE_PRESENCIA_



En verdad, no se necesita un médium para reflejar nuestra vida en tiempo real (cada existencia está telepresente ante sí misma); la televisiòn y los medios se han salido desde hace tiempo de su espacio mediático, profesional, para investir a la vida real desde adentro. Ellos mantienen la ilusión de un progreso de espíritu, de una especie de acumulación primitiva de conocimientos, llamada "normal". No se necesitan cascos ni combinaciones digitales pues nuetra voluntad, a fuerza de ejercerse sobre las cosas, termina por moverse en el mundo como una imagen de síntesis. Es como si nos hubiésemos tragado nuestro propio micrófono y nuestro propio receptor, cosa que produce una imagen brumosa debido a la proximidad demasiado estrecha de la existencia y sus medios de difusión. Todos hemos interiorizados nuestra propia imagen de síntesis y nos hemos convertido en animadores profesionles de nuestra propia vida. Dado esto, las transmisines de televisión no son más que un efecto secundario y de alguna manera engañoso, porque el análisis crítico que las denuncia como manipulación medíatica da por sentado que hay en alguna parte otra existencia real, una forma original de la existencia vivida y que esas transmisiones son su parodia y por tanto producen un efecto engañoso. Ahora bien, esta crítica está superada, como lo está toda "crítica" situacionista del espectáculo; como lo esta en sustancia toda crítica de la alienación, desgraciadamente ya que la abstracción del espectáculo - la alienación- antes nunca fue irremediable, nunca fue inexorable, mientras que la operación del mundo en tiempo real, su realización incondicional, no tiene apelación.

(Jean Baudrillard; La ilusión y la desilusión estéicas)



La alienación o enajenación es el fenómeno de suprimir la personalidad, desposeer al individuo de su personalidad o deshacer la personalidad del individuo, controlando y anulando su libre albedrío, para hacer a la persona dependiente de lo dictado por otra persona u organización. El alienado permanece dentro de sí, ensimismado por su desorientación social. Es un proceso que puede ser autoinducido.

martes, 9 de febrero de 2010

_Gilles Deleuze : La imagen movimiento_



..."Porque el ojo está en las cosas, las imágenes son luz. Las imágenes son luz y esta luz se propaga permanentemente, exactamente como la imagen es movimiento, y el movimiento se propaga permanentemente, es decir el movimiento recibido se transforma inmediatamente en movimiento de reacción, de movimiento de acción en movimiento de reacción, sistema de acción y de reacción. También puedo decir, en ese momento, si el ojo está en las cosas -también allí hay un texto extremadamente bello de Bergson, que es: fotografía hay, la foto ya esta cogida y sacada en las cosas, en otros términos, es un universo de imágenes, imágenes para nadie, luz para nadie. Esta luz no tiene necesidad de revelarse, no se revela, dice Bergson -muy curiosamente- pues no deja de difundirse y de propagarse. Lo que implica que, sin duda, la luz solo se revela en la medida en que es detenida por una opacidad cualquiera. Pero sobre ese plano de inmanencia no hay lugar todavía para una opacidad cualquiera. Las cosas son luminosas, por eso mismo son movimiento, son líneas de luz, figuras de luz. En otros términos, yo puedo ya decir y hablar de -¿pero en qué sentido?- Diría que las cosas son las percepciones, o las imágenes son las percepciones.

¿Quién percibe? Nadie. Las imágenes mismas. ¿Qué perciben? Perciben exactamente hasta donde reciben movimiento, y hasta donde lo ejecutan, donde reaccionan por y al movimiento. Un átomo, en ese sentido, es solo un movimiento que, como tal, es percepción de todos los movimientos de los que sufre la influencia, y de todos los movimientos que ejerce como su propia influencia sobre los otros átomos.

Yo diría, entonces, que cada imagen es percepción, aún percepción de sí mismo, puesto que no hay cosa, sino que cada imagen-movimiento es percepción de todos los movimientos que actúan sobre ella y de todos los movimientos por los cuales ella actúa sobre las otras imágenes. En otros términos, yo diría de cada cosa que es percepción total, diría de cada cosa que es -tomo una palabra un poco técnica que permite comprender mejor- cada cosa es una prehensión. Cada cosa es una imagen-movimiento que, como tal, prehende todos los movimientos que recibe y todos los movimientos que ejecuta.

Eso quiere decir que, sobre el plano de inmanencia, solo hay líneas y figuras de luz. He aquí el segundo carácter. El primero, era: el plano de inmanencia es el conjunto infinito de las imágenes-movimiento en tanto que varían las unas con relación a las otras. Segundo carácter: es la colección infinita, o el trazo infinito, de las líneas o figuras de luz.

(fragmento: Gilles Deleuze : La imagen movimiento)

lunes, 8 de febrero de 2010

_Da_DJ_



La práctica del DJ, la actividad del web surfer y la de los artistas de postproducción implica una figura similar del saber, que se caracteriza por la invención de itenerarios a través de la cultura. Los tres son semionautas que antes que nada producen recorridos originales entre los signos. Toda obra es el resultado de un escenario que el artista proyecta sobre la cultura, considerada como el marco de un relato -que a su vez proyecta nuevos escenarios posibles de un movimiento infinito. El DJ activa la historia de la musica copinado/pegando trozos sonoros, poniendo en relación productos grabados.

(Nicolas Bourriaud; Postproducción)

_La_Imagen_Post_



El prefijo "post" no indica en este caso ninguna negación ni su superación, sino que designa una zona de actividades, una actitud. Las operaciones de las que se trata no consisten en producir imágenes de imágenes, lo cual sería una postura manierista, ni en lamentarse por el hecho de que todo "ya se habría hecho", sino en inventar protocolos de uso para los modelos de representación y las estructuras formales existentes. Se trata de apoderarse de todos los códigos de la cultura, de todas las obras del patrimonio mundial, y hacerlos funcionar. Aprender a servirse de las formas, a lo cual nos invitan los artistas..., es ante todo saber apropiárselas y habitarlas.
(Nicolas Bourriaud; Postproducción)

En ese sentido salir con una cámara digital y apropiarse de la inmediatez de las imágenes envueltos en la poética singular de la tecnología de un MP4 (animismo digital), puede constituir una actitud de “duración” en un mundo q nos parece relegar al cliché políticamente limitado del espacio y el tiempo. De esa manera estamos posibilitados para convertirnos en médiums impredecibles de las imágenes de un mundo que no cesa de actualizarse en su emergente vértigo, de saturaciones y reducciones. (Da Marc)

domingo, 7 de febrero de 2010

_Consumo_Visual_Plástico_



...Todas estas prácticas artísticas, aunque formalmente muy heterogéneas, tienen en común el hecho de recurrir a formas ya producidas. Atestiguan una voluntad de inscribir la obra de arte en el interior de una red de signos y de significaciones, en lugar de considerarla como una forma autónoma u original. Ya no se trata de hacer tabla rasa o crear a partir de un material virgen, sino de hallar un modo de inserción en los innumerables flujos de la producción. "Lasa cosas y las ideas", escribe Gilles Deleuze, "brotan o crecen por el medio, y es alli donde hay que instalarse, es siempre allí donde se hace un pliegue". La pregunta artística ya no es: "¿qué es lo nuevo que se puede hacer?", sino más bien:"¿qué se puede hacer con?". Vale decir:¿cómo producir la singularidad, cómo elaborar el sentido a partir de esa masa caótica de objetos, nombres propios y referencias que constituyen nuestro ámbito cotidiano? De modo que los artiistas actuales programan formas antes que componerlas; más que transfigurar un elemento en bruto (tela blanca, la arcilla, etc.), utilizan lo dado. Moviéndose eu un universo de productos en venta, de formas preexistentes, de señales ya emitidas, edificios ya construidos, itenerarios marcados por sus antecesores, ya no consideran el campo artístico (aunque podríamos agregar la televisión, el cine o la literatura) como un museo que contiene obras que sería preciso citar o "superar", tal como lo pretendía la ideología modernista de lo nuevo, sino como otros tantos negocios repletos de herramientas qu se pueden utilizar, stocks de datos para manipular, volver a representar y a poner en escena.

(Nicolas Bourriaud; Postproducción)